Gastón Neffen
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@gneffen
A metros de las piletas de tratamiento de agua se acumula chatarra, neumáticos usados y basura.
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En la planta que abastece de agua potable a más del 95 % de la ciudad hay un sector que parece una cava. Es una vieja pileta de tratamiento del agua cruda que viene del río —la planta tiene 110 años—, que quedó obsoleta y fue acumulando cañerías rotas, neumáticos usados y por alguna extraña idea también viejas camionetas y vehículos utilitarios. Es el pozo en el que se tira lo que no se usa más.
Hace dos años, en marzo de 2016, El Litoral lo definió como un cementerio de autos, luego de que un lector advirtió que la situación era un riesgo sanitario y un muy mal ejemplo en medio de las campañas en las que se le pedía a la gente que elimine los recipientes que acumulan agua de lluvia para prevenir el dengue.
En septiembre de 2016, Aguas Santafesinas (Assa) remató “al mejor postor material de rezago de vehículos como chatarra, cañerías, bombas centrífugas y electrobombas, transformadores, acondicionadores de aire, entre otros objetos; y cuatro vehículos en el estado en que se encuentran”. Era una buena parte de la chatarra que se amontonaba en “la cava”, pero todavía falta “limpiar” mucho más.
Esta semana, El Litoral contó nueve autos que siguen adentro de la vieja pileta, junto a gomas abandonadas y muchos yuyos. Es una imagen desprolija a metros de las instalaciones en las que se potabiliza el agua que toman los santafesinos.
Desde Assa aseguraron que esas viejas camionetas y vehículos utilitarios están vendidas, y explicaron que los nuevos propietarios todavía no pasaron a retirarlas. También insisten en que se mejoró mucho la situación de este sector de la planta en comparación con la cantidad de chatarra que había hace dos años.
Lo bueno de las fotos, a pesar de que siempre implican un recorte de “lo real”, es que cada uno puede mirarlas y sacar sus propias conclusiones. Es cierto que hay menos autos “abandonados” —El Litoral había contado más de 15 hace dos años, y ahora hay 9— y menos chatarra, pero sigue pareciendo una cava a muy pocos metros de las piletas de tratamiento de agua potable.
Proyecto
El gobierno provincial está buscando financiamiento para ampliar la planta potabilizadora de barrio Candioti, que funciona cerca de su límite. El objetivo es generar un 75 % más de producción de agua potable con tecnología de última generación, que acompañe el crecimiento de la ciudad hasta el 2050.
La obra de ampliación va a incluir el sector de la planta en el que está “la cava” y probablemente implique el saneamiento definitivo de esta zona. La provincia estima que la obra va a tener un costo de entre $ 1.000 y $ 1.500 millones de pesos y una vez que esté finalizada la planta va a contar con capacidad para producir 350 millones de litros por día.
Sobre los posibles mecanismos de financiamiento, el gobierno provincial informó que tiene tres opciones en estudio: que la inversión la realice la propia provincia, conseguir financiamiento externo o a través del mecanismo de Participación Público-Privado (PPP) que ofrece el gobierno nacional. En medio de la campaña, en septiembre de 2017, el intendente José Corral anunció que la obra de la planta está incluida en el Presupuesto 2018 de Nación.